19/07/2019

El yacimiento arqueológico de Cortalago sigue deparando sorpresas

/// Durante milenios sucesivas civilizaciones arribaron las minas de Riotinto atraídas por su metal. Los vestigios encontrados en las excavaciones arqueológicas que está realizando Atalaya en el yacimiento de Cortalago son prueba de ello, mostrándonos a veces una cara más íntima y familiar de la vida de aquellos mineros romanos que nos precedieron.
Dirigidas por los cuatro arqueólogos y 18 auxiliares de Atalaya, las excavaciones de este poblado romano anexo a la corta de Cerro Colorado son parte del Proyecto Global de Gestión del Patrimonio presente en la mina.
Su objetivo es aumentar el conocimiento científico que se tiene de la presencia romana y su actividad extractiva. Se ha desarrollado en los últimos dos años, excavando y documentado la denominada Fase I del poblado, de época imperial. A día de hoy, el proyecto se encuentra en su ecuador; quedan otros dos años, con una inversión final que superará los 4 millones de Euros.
Se trata de un yacimiento de gran interés, que sin embargo no deja de depararnos sorpresas quizá de menor relevancia científica, pero plenas de la belleza de lo cotidiano. Se trata de elementos hallados en las excavaciones, que dan constancia de que las personas que vivieron en épocas tan distantes a la nuestra eran, en el fondo, muy parecidos a nosotros.

De entre los restos materiales que se han rescatado en las excavaciones de Cortalago, exponemos algunos muy representativos de la vida diaria de nuestros predecesores:

Lucernas

Empleadas para iluminar el hogar o el tajo, en oscuras y angostas galerías. Las mineras son de más capacidad; contenían más aceite y otorgaban mayor autonomía y tiempo de iluminación.

Entalles de anillo

El adorno nos acompaña desde la Prehistoria y particularmente en época romana simbolizaba status social. En Cortalago hemos localizado entalles de anillo en buen estado de conservación. Destaca el de Quirón, el centauro maestro de héroes, o el que representa la cabeza de Jupiter Amon, realizados en cornalina.

Agujas

En hueso labrado, encontramos alfileres (aci crinalis) para elaborar peinados, según época y posición social o sujetar vestimentas. Aparecen agujas (aci) y punzones (subulae), destinados a la artesanía textil. O lígulas y espátulas, para el aseo o uso quirúrgico, como aplicador de perfumes y ungüentos, o limpieza de los oídos.

Tablillas de aprendizaje

Los habitantes de estas tierras en época romana vivían con sus familias y evidentemente tenían hijos y escuelas en las que aprender matemáticas, gramática, filosofía u oratoria. La tablilla de cuentas localizada en la excavación nos ofrece un retazo de esa escena escolar.

Juegos

Tras las duras jornadas de trabajo, los antiguos pobladores romanos buscaban el esparcimiento, el descanso y el juego (ludus). El hallazgo de fichas, parte de un tablero de juego (ludus ladrumentarum) y un dado de hueso, nos dan buena cuenta de estas actividades cotidianas.

Pinzas metálicas

Fabricadas en bronce o hierro, eran parte del instrumental quirúrgico del medicus, para extraer suciedad, restos, o cuerpos extraños de las heridas, eliminar esquirlas de hueso, sostener la gasa, limpiar la sangre, etc. Las de menor tamaño servían para depilar.

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